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Todo ciudadano tiene derecho a la libertad de movimientos y a la libertad de actuación. En concreto, a la libertad personal de cada individuo de decidir, de hacer o no hacer una cosa y de desplazarse de un lugar a otro. Es lo que se conoce como capacidad de autodeterminación.
Por ello, si tu libertad individual se ha visto afectada en algún momento, es posible que se haya cometido un delito contra tu libertad.
Los delitos contra la libertad se encuentran regulados en el Título VI del Libro II de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. En concreto, del artículo 163 al 172 ter de dicha norma.
Estos delitos están íntimamente relacionados con lo previsto en el artículo 17 de la Constitución Española.
En este sentido, nuestra Carta Magna reconoce la libertad como uno de los valores superiores de nuestro ordenamiento jurídico.
Y es que nadie puede ser privado de ese derecho a la libertad. Aunque es cierto que existen ciertas limitaciones previstas en la normativa en vigor que cuentan con apoyo constitucional.
Por ejemplo, la detención preventiva. No puede durar más del tiempo estrictamente necesario para que se realicen las averiguaciones oportunas con la finalidad de que se esclarezcan los hechos ocurridos. No obstante, el plazo de detención nunca puede superar las 72 horas. Llegado ese momento, obligatoriamente el detenido tiene que ser puesto en libertad o a disposición de la autoridad judicial.
Las distintas conductas que podemos considerar como delitos contra la libertad son las siguientes:
Teniendo en cuenta estas conductas, si considera que puede haber sido víctima de un delito contra la libertad, le recomendamos que contacte con un abogado especialista en la materia, que pueda resolver todas las dudas y facilitar toda la información que necesita.
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